MARIA PALAU – 2014

D’ARA I D’AQUÍ
 

UNA APUESTA POR LOS VALORES ETERNOS DE LA POESIA 

En tiempo de dominios absolut de la cultura del espectáculo, del impacto fácil, sin ningún propósito intelectual, reinado por la hipocresía y por la sed de ganancia, cada vez cuesta más encontrar artistas que tengan la humildad, la paciencia y la generositat de penetrar en la poesia a la búsqueda de los secretos de las cosas. Que exótico ha quedado aquel Miró apasionado por el conocimiento, atento e invisible, que siempre se sintió más cerca de los poetas que no de los pintores. Sensible a los valores eternos que custodia la poesía, Miró consiguió erigir una obra plástica llena de sugestiones para comprender la existencia. Está claro que hoy el concepto sugerir parece ser que ha dejado de formar parte del vocabulario del mundo, o mejor dicho del escaparate, del arte, condenado como está a la digestión rápida.
Nos estamos quedando huérfanos de actitudes creativas con profundidad. Sólo nos salvan los gestos sinceros y honestos de algunos artistas herederos de la posición radical de Miró, amigo de los poetas y defensor de sus ideales y enemigo de la cultura de la complacencia. En el arte de Núria Guinovart (Barcelona, 1961), se detecta bien esta desazón de querer inquietar con misterio y emoción. Aliada con el cemento, sus pinturas revocan la dureza y la frialdad de este material con insinuaciones de su complejo mundo interior. Guinovart siempre nos habla de la vida, de la vida en estado puro, con sus luces y con sus sombras. Es una artista con corazón de poeta. Y no es extraño, pues, que en su nueva aventura creativa, en el entorno del grabado, haya buscado un buen colaborador: Enric Casasses.

El artista se ha sumergido en seis poemas inéditos que le ha facilitado el poeta y, de sus sentimientos y pensamientos, ha hecho aflorar seis grabados que encomiendan la fuerza creativa de una apuesta vital y artística por la libertad. Este proyecto en cuatro manos y dos almas, de título Sensacions, se ha traducido en una elegante edición de quince ejemplares numerados y en una exposición en Tinta Invisible (abierta hasta el 8 de junio), una cooperación entregada al ingenio del grabado, en pleno Arrabal barcelonés. Casasses y Guinovart nos reconcilian con palabras e imágenes (por ejemplo, el amor!), el significado de los cuales el brogit de nuestra época está emperrado a manipular.

Artista que nunca hace aspavientos a los retos, Guinovart ha dedicado dos años a gestar este libro, y otro de similar, conjurado también con las maneras del grabado. En lugar de un poeta, pero, escogió un sabio, el filósofo y crítico de arte Arnau Puig, para encontrar los estímulos de otro conjunto de grabados bellísimos que hurgan en la esencia misma de este medio artístico y en su razón de ser en la era de las tecnologías. [Pensar el gravat] és, en sintonía con [Sensacions], otra delicadeza que esberla mentalidades y estéticas monolíticas y que se dirige, quizás sí que a una minoría, pero en todo caso a gente que, como dice Puig, sabe que el arte tiene que ser “un espejo donde en el que cada cual tiene necesidad o quiere encontrar o ver”.

2014

Tinta Invisible
Situado en la calle León, 6, Tinta Invisible es un espacio de pulsión artística con diecisiete años de recorrido. Se despliega el arte del grabado en todas sus facetas. Tiene cinco faros creativos: Martí Guinovart, Joan Moreno, Àngels Arroyo, Ricard Ibernon y Sesé Rubio.

 

 

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