Juan Barroso

Pintura Catalana

El cálido silencio del cemento

Me pregunto si en los tiempos que corren se ha empezado a percibir algún movimiento pictórico renovador y crítico. En tiempos de crisis y de cambios sociales las transformaciones que comienzan a tomar forma también se detectan en las tendencias artísticas y entre éstas la pintura. Por esto quiero abrir bien los ojos con la ilusión de detectar, aunque sea a lo lejos, el nacimiento de alguna nueva vanguardia, que ya de entrada quiero llamar la Joven Pintura Catalana (La JPC). Algo como ocurrió en la transición de la dictadura a esta cosa que tenemos ahora y que no se bien como llamarlo. Un movimiento como el de la Nova Canço Catalana o por lo menos algo que se le pareciera, pero en Pintura.

En el panorama creativo catalán, los que en estos momentos parten el bacalao pictórico, son los muebles viejos o los viejos muebles de la Vieja Pintura Catalana, como el Dau al Set y ya veis que la mitad ha muerto y los que quedan se nos van muriendo. Nuestro Tapies ya es historia y los que quedan viven de ella.

De la Joven Pintura Catalana ( La JPC) me pregunto: ¿ya existe?, ¿ha empezado a tomar forma?, ¿quienes son? ¿Cuales son sus referentes? Es lo que pretendo averiguar si tengo luces para lograrlo.

Para comenzar a caminar es imprescindible dar el primer paso aunque no se muy bien donde acabaré. Y por casualidad, si la casualidad existe y no es prima de la causalidad, mira por donde he topado en Internet con Nuria Guinovart. El nombre ya huele a pintura aunque su pintura no tenga nada que ver con la de aquel pintor grabador, Josep Guinovart, fundador del grupo Taüll,, con el que Nuria creo que comparte algunos genes o parentesco. No sé si algo más en su concepción de la pintura, si bien a primera vista no lo parece.

Nuria Guinovart nació en Barcelona sobre el 1961, creo, porque la edad de las mujeres es lo más difícil de precisar. Pero es joven, muy joven. Estaría en el perfil de la Joven Pintura Catalana (La JPC), con años por delante y energía según parece, para aportar cosas a la aburrida y escasa pintura del momento.

“Es en el cemento, las ceras y el alquitrán donde he encontrado mi propio lenguaje. Me proporcionan los resultados que deseo, la libertad y la fuerza para expresarme. Mi obra es un proceso de sensibilización y pasión, construyendo espacios de brevedad formal.
La esencia de las formas mínimas y sobrias son la presencia de un momento único, la simplicidad y la monocromía es la energía de mis emociones.

Dejo a un lado todo lo superfluo para quedarme con el sutil recorrido del trazo y la dureza de la huella. Es el conjuto de mi pasado, anclado en el presente, con la desnudez del silencio.

Son sentimientos que no puedo expresar con palabras, pero si con el silencio del cemento, expuesto desde la creatividad plástica.”

La obra de Nuria es buena o a mí me lo parece y éste es el motivo casual por la que empiezo mis averiguaciones sobre La JPC en esta autora.

La pintura de Nuria Guinovart no es para verla en un blog de tres al cuarto, habría que enfrentarse a ella físicamente, armándose de valor incluso para tocarla y acariciarla. Lo más seguro es que el galerista te reproche el atrevimiento, pero hay que arriesgarse.

Se debe vencer la timidez y palpar la pintura. Digo esto de palpar porque imagino que en la obra de Nuria Guinovart el tacto tendría que participar tanto como el ojo. Ya que los materiales que la forman, el cemento, el alquitrán, ásperos por su naturaleza física, intuyo que pueden sorprendernos, amansados por la suavidad y el calor de la cera. Cemento, alquitrán y cera es un trío de materia perfectos para una lectura en clave de estética taoista. La cálida cera sería como una dulcísima miel que armonizaría la rudeza del cemento y el alquitrán. Dice Lao Tse en Tao Te King: “Lo blando vence a lo duro, lo débil vence a lo fuerte. Nadie desconoce esta verdad, pero nadie la prácticaEn su blog, Nuria Guinovart dice que estos materiales le dan libertad y fuerza para expresarse. Continúa diciendo: “Son sentimientos que no puedo expresar con palabras, pero sí con el silencio del cemento, expuesto desde la creatividad plástica”. En la misma clave de estética taoista esto se corresponde con los versos de Lao Tse: “El propósito de las palabras es transmitir ideas. Cuando las palabras se han comprendido las palabras se olvidan. ¿Dónde puedo encontrar a un hombre que haya olvidado las palabras? con ese me gustaría hablar

Juan Barroso

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